“RACING ES UN PEDAZO GRANDE DE VIDA, DE FÚTBOL, DE ALEGRÍA”

Gerardo Bedoya habló en exclusiva con La Número Uno, a 20 años del golazo que le convirtiera a River, lo que significó gran parte del campeonato que se logró en diciembre de 2001. Además recordó el certamen en sí, los compañeros, su actualidad, la de Racing y también afirmó que le gustaría trabajar en el club.

Este jueves 2 de diciembre se cumplió 20 años de aquel gol de Bedoya ante River en el Cilindro de Avellaneda, a poco del final con el equipo de Mostaza Merlo hasta ese momento 0-1 abajo, lo que le permitió a la Academia mantener cinco puntos que le llevaba al Millonario de ventaja, y que facilitó la conquista del Apertura 2001. “Todavía me emociono, me erizo, el gran recuerdo de la gente, y ahora veo como que salió mucho más rápido, no creí que le había pegado tan fuerte. Ahora que lo repaso, veo que el balón va sumamente rápido, me emociona. Recordar esa tarde, fue muy lindo, porque una vez terminado el partido la gente se quedó cantando más de una hora “Racing campeón”, no se querían ir de la cancha”, comentó el ex lateral izquierdo para luego agregar: “Cuando la pelota me quedó de frente, yo por posición estaba mejor ubicado que el Polaco (Bastía), le grité, él me vio llegar, yo estaba con mi perfil natural de zurdo, simplemente templé el empeine hacia abajo, luego sentí que la agarré muy bien, que al balón lo agarré pleno, y no duró mucho más, fueron milésimas de segundo en el que el balón ya estaba adentro”.

En cuanto a las sensaciones que tuvo en ese mismísimo instante, aseguró: “Una locura, uno sabía lo que estaba pasando. Nosotros estábamos buscando el empate, sabíamos que se estaba acabando, la manera de celebrarlo, la gente lo vivió mucho, fue un espectáculo. Después del gol uno quería que el partido se acabara, porque estábamos enfrentando a un duro rival como River, y necesitábamos no perder ese partido. Nosotros sabíamos que ese era el partido que no se podía perder, que teníamos que sostener a River a cinco puntos de diferencia, que se logró, y que era el único equipo que nos podía quitar el campeonato, el resto estaba muy lejos. Sabíamos que en ese partido teníamos que sumar”.

Luego del empate contra River, admitió algunas complicaciones en el siguiente encuentro, ante Banfield en la cancha de Huracán. “Mira como te traiciona a veces el subconsciente, nosotros pensamos que ya estaba todo listo, y en el partido contra Banfield, en el primer tiempo no jugamos bien, es más, todos nos regañamos, porque el único que ese día estaba metiendo era el Polaco Bastía, yo creo que él fue quien nos contagió, ahí nos dijimos, esto todavía no terminó, faltan tres partidos. Entonces empezamos a meternos en el partido contra Banfield y luego pusimos lo que teníamos que poner, nos anularon dos goles que creo que eran legítimos, y después el equipo jugó mejor. Pero al principio habíamos entrado un poco relajados, y que nos costó, luego en los otros dos partidos (Lanús y Vélez), sabíamos que teníamos que jugar dos finales, porque todavía no se había conseguido el título”.

Volviendo al agónico empate ante River, recordó el post partido. “La alegría era inmensa, hubo un pequeño episodio, porque los jugadores de River tuvieron un problemita con Chanchi (Estevez), entonces tuvimos que separar en el momento, y después de eso fue celebrar, el vestuario fue una locura, nosotros sabíamos que lo teníamos y que no se nos iba a escapar, porque sabíamos que River estaba en un nivel muy alto, goleaba a sus rivales, pero nosotros éramos un equipo con resiliencia, que no se entregaba, que luchaba y ese partido nos marcó mucho”.

Para esa época, Racing hacía 35 años que no podía quedarse con un torneo local, por lo que la presión de la gente era bastante fuerte. “Cuando uno tiene presión a veces se incomoda, yo nunca sentí presión en ese torneo, jugué muy suelto, llegaba de obtener la Copa América con Colombia, el haber peleado muchos títulos con el Cali, es como que llegué tranquilo, pero muchos de mis compañeros me decían que había mucha presión, pero yo no la sentí, porque el equipo desde que llegué estaba ganando, el único partido que perdimos fue contra Boca, siempre sentí el apoyo de la gente, y yo siempre rendía y daba todo, pienso que eso también hizo que el equipo se fortaleciera mucho más y creyera que se podía obtener el campeonato”.

Cuando Bedoya llegó a Racing, lo hacía siendo campeón de la Copa América con Colombia, provenía del Deportivo Cali, club con el que había conseguido un título en 1998, y disputado una final de Copa Libertadores en el ’99 ante Palmeiras. A todo esto, agregarle que llegaba a un país con una situación social y económica al borde del colapso (que se dio a fin de ese mismo año), pero así y todo, optó por la Academia. “Viveros llegó antes, me habló muy bien del club, yo había visto un documental de Racing, donde hablaba de la quiebra del club. Viveros me convenció y me dijo que había un gerenciamiento, además el hecho de ir a un fútbol como el argentino, creo que al jugador colombiano le gusta, eso me hizo no dudar mucho para ir a jugar a Racing. Yo creo que ya quería un cambio, yo llevaba cinco años dentro del Deportivo Cali, y lo que me brindaron fue una buena posibilidad, por eso la tomé, y más estando Viveros, quien fue fundamental para que yo fuera sin ningún problema”, recordó el colombiano.

Sobre la relación con el grupo y Mostaza, aseguró: “Era excelente, desde que llegué la gente tuvo respeto hacia mí, era un grupo unido, Mostaza era un entrenador que nos protegía, nos ayudaba, siempre me sentí bien, creo que encajé rápidamente dentro del grupo, no hubo problemas”, y también expresó algunas situaciones anecdóticas que le quedaron grabadas. “Las cábalas del técnico, en Colombia no lo había vivido, el convencimiento del grupo, la forma de entrenar, la manera en la que se disputaban los partidos, la pasión con la que la gente llegaba a los estadios, hablo de la hinchada, la pasión con la que se vive el fútbol en Argentina, esas son las anécdotas que llevo en la vida porque eso hace que uno quiera y ame mucho más el fútbol”.

A la hora de repasar con quienes tenía más relación, expresó: “Con Viveros, había un grupo que se sentaba siempre en la mesa y eran ChanchiEstevez, Milito, Chatruc, Arano. Arano al principio no fue fácil, casi que llegué a quitarle el puesto, y no era fácil, pero terminamos muchos partidos jugando los dos, después tuvimos una gran relación, Chiche se fue a Italia, y terminamos siendo muy amigos. Ahora tenemos un gran grupo, Pancho Maciel es un gran amigo, Vitali, tengo mucho respeto y hablamos mucho con Úbeda, Campagnuolo, Barros Schelotto, yo creo que era un grupo muy unido, que se formó y se hizo como familia, yo creo que todo eso ayudó a que el equipo obtuviera ese título”.

A pesar de haber jugado en la defensa, estando en Racing se dio el gusto (además de Unión), de haberle marcado a casi todos los grandes, San Lorenzo, River, Independiente, y le faltó Boca, club al que no le pudo ejecutar un penal ya sancionado en 2002, por desmanes en la cabecera visitante, de lo contario, pudo haber llenado el cartón. “En ese penal me quedé con ganas, yo quería ese día ganarle 3-1 a Boca, le ganamos 2-1 porque no me dejaron patear el penal, me quedé con las ganas de hacer ese gol, era lindo hacer goles. Todavía veo el que le hice a San Lorenzo, ese me gusta porque cuando gano el balón en mitad de cancha, mi intención era pegarle cruzado, pero cuando veo a Capria que me está cerrando, cambié de opción y pensé: “Acá lo único que me queda es picarla”, y salió bien. Un gran arquero Saja, le pude convertir goles, al que más le convertí fue a San Lorenzo, después lo vi ser ídolo de Racing, eso es el fútbol, lo que a uno le agrada, hay gente que no lo entiende, pero a veces uno quiere cumplir un sueño, más allá de jugar en un equipo, yo lo cumplí y pasé por muchos equipos, a veces la gente no lo aceptaba, Saja fue a Racing y también le fue muy bien, y la gente tiene que aceptar que uno es un profesional y que a uno lo que más le interesa es jugar al fútbol, y ojalá jugar en un buen equipo que pelee cosas”.

Cuando se lo consultó acerca de si mira los partidos de Racing en la actualidad, manifestó: “Los últimos con Gago no los vi. Lo que pasa es que en cierta manera me dolió que hayan salido Úbeda y Arano, que eran los técnicos, yo hacía fuerza por ellos, los miraba, y me alejé un poco, pero siempre miro a Racing. El equipo todavía tiene que encontrar una forma de juego, un estilo, no lo tiene, Gago apenas llegó, cambiar no es fácil, darle una forma de jugar no es fácil. Racing hoy no me convence, no me gusta, pero hago mucha fuerza para que pueda mejorar, que vuelva a donde tiene que volver, como cuando estaba el Chacho Coudet, un proyecto serio, me gustó mucho ese equipo, o como jugaba con él, ojalá volviera a eso, yo creo que por ahora se está lejos de ese nivel”.

También hubo un momento para hablar de su actualidad. “Me alejé un poco por la pandemia, dirigí a Independiente Santa Fe, había sido director deportivo de las divisiones menores por cuatro años y medio, dirigí el equipo, nunca tuve descanso desde que me retiré, seguí en el trabajo, pero tuve inconvenientes con el equipo, hasta terminé con una demanda por incumplimiento y después de la pandemia no he vuelto al fútbol. Lo único que hago es en un canal radial de acá de Colombia, comentar fútbol, una o dos veces por semana. Estoy con ganas de volver y formar. A mí lo que más me gusta no es ser técnico de profesionales, a mí me gusta darle formación a los jóvenes, a los jugadores, lastimosamente esa formación no es muy bien paga. Lo principal que les transmito(a los jóvenes) es la pegada, por más talento que uno tenga, hay que mejorarlos con técnica, trabajos específicos, donde el jugador se perfile bien, le pegue bien a la pelota, que esté siempre atento, eso en cuanto a la pegada. También el movimiento, que tengan carácter, disciplina, el manejo ofensivo y defensivo, muchas cosas van saliendo y a veces uno va viendo jugadores que le falta una cosa, y trata de trabajarlo”.

También se lo consultó, sobre si esa vocación de formar jugadores juveniles, le gustaría llevarla a cabo en Racing algún día. “Me encantaría, ir, aprender, también guiar, no enseñar porque ¿Quien dijo que uno puede enseñar? Yo creo que uno debe guiar, no sabe uno si realmente aprende lo que tiene que aprender pero sí me gustaría, porque si hubo muchas vivencias, duré más de 20 años en el fútbol profesional, hay credibilidad y claro que me gustaría, y más aprender de lo que es el fútbol argentino”.

A la hora de describir el significado de Racing en su vida, no dudó. “Racing es un pedazo grande de vida, de fútbol, de alegría, no fue fácil cuando me fui del club, me tocó irme por circunstancias ajenas, pero es de lo mejor que me pudo haber pasado dentro del fútbol, yo creo que está entre los primeros lugares, siempre quiere uno quedarse. Aparte que la ciudad es la mejor que he conocido, o la cual más me he enamorado, y el fútbol como se vive, era ideal. Creo que significa demasiado dentro de mi carrera deportiva y dentro de mi vida”.

Por último, dio algunos detalles sobre su salida del club en 2003. “En ese tiempo ya hubo problemas económicos, me adeudaban primas. Después que me fui de Racing, a los dos años me terminaron de pagar, el sueldo me lo querían bajar y para mí era imposible porque después de ser campeón y hacer la campaña que tenía yo creería que es muy complicado hacerlo, y situaciones que el entonces presidente no quiso hacer y me tocó alejarme”.

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