“DEL CELTIC NO SABÍAMOS NI EL COLOR DE LA CAMISETA QUE TENÍAN”

Juan Carlos Rulli habló mano a mano con La Número Uno, donde repasó la etapa dePizzuti, el campeonato del ’66, la Copa Libertadores y la Intercontinetal del ’67, su relación con el Chelo Díaz, además de haber confesado que se hizo hincha de Racing a muerte con el tiempo.

El Coco integró el histórico equipo de José, aquel que llevó a Racing a lo más alto del fútbol mundial, ese inolvidable 4 de noviembre de 1967 cuando Racing derrotó al Celtic en Montevideo 1-0 con el gol del Chango Cárdenas, para así consagrarse como el primer campeón mundial de Argentina

Luego de conquistar el torneo de 1966, al año siguiente la Academia jugó su segunda Copa Libertadores de su historia (la primera fue en 1962), y en el camino debió jugar un partido desempate ante el entonces poderoso Universitario de Perú de grandes nombres, para poder acceder a la final ante nacional de Montevideo. “Contra Universitario tuvimos un traspié inesperado porque estábamos ganando el partido y en dos minutos nos ganaron en cancha de Racing un día de lluvia. A nosotros nos favoreció la actuación que tuvo River en Lima, que empató el partido y nos posibilitó ir a un desempate con Universitario. Ya le habíamos ganado en un amistoso de verano y también allá por la Copa. Era un muy buen equipo ese, era la base de la selección de Perú, que fue la que eliminó a Argentina (eliminatorias Mundial ’70). Nuestro equipo tenía todo lo que le hacía falta, reunirnos todos en una habitación el día que nos tocó perder, darnos ánimo uno con otro pensando en que la cosa se iba a revertir, como así sucedió. Fuimos con mucha confianza a jugar, no desmedida, pero ya le habíamos ganado en Lima y el amistoso de verano. Sabíamos que era un equipo duro pero nos teníamos mucha confianza. Lo pudimos ganar, y ya ahí se nos abrió el panorama para seguir”.

Durante el desarrollo de la Copa, el plantel pasó un momento muy difícil en el avión que los llevaba desde Medellín hacia Bogotá para el siguiente encuentro. “Yo creo que el punto crucial de nuestra campaña, fue cuando casi nos matamos entre Medellín y Bogotá, el 28 de marzo del ’67, quedó grabado para siempre en mi vida, la pasamos muy mal. A mí no me gustaban mucho los aviones, los muchachos se estaban sacando fotos al lado de las placas de Gardel en Medellín, el lugar donde había muerto, y yo les dije déjense de jorobar, yo me voy a la terraza, imaginate más de cincuenta años atrás lo que sería el aeropuerto. Después me puse a conversar con un señor que me dijo: “Ahora va a venir un avión, si el avión que viene no aterriza, no se suba a ninguno porque se caen seguido”. Después dijeron que no viajábamos, pero cuando estábamos llegando a la puerta, nos hicieron volver, primero fuimos a un avión que no era, después fuimos a otro que tampoco era, yo no viajo dije, que nos multen, suspendan, echen, hagan lo que quieran pero yo no me quiero morir. El último tipo en subir al avión fui yo, todavía lo tengo grabado. Me tocó la primera fila, yo iba al lado de Cejas, el pasillo, Saccol y otro dirigente. Cuando salimos había una tormenta, refucilos, entraba agua dentro del avión, que no sabés como se movía. La cuestión es que se me zafó el cinturón de seguridad, golpeé la cabeza con el techo del avión. Me até el cinturón y vi la muerte, me acordé de mi familia en un segundo. Para esto la azafata quedó pegada contra el techo, terrible. Ese equipo al otro día ganó. Me acuerdo que estábamos en una minipretemporada en Córdoba, y mientras corríamos dijimos que si nos salvamos de esa íbamos a ser campeones del mundo”.

Ya instalado en la final de la Copa Libertadores, Racing disputó tres partidos para definir el certamen ante el Bolso, con sendos empates 0-0 en Avellaneda y Montevideo, hasta llegar al tercero disputado en Santiago de Chile, donde Racing ganó 2-1.“Para jugar contra Nacional nos habíamos puesto de acuerdo que cuando hubiese algún lío, íbamos todos, que era una costumbre que tenían los equipos uruguayos, por ende, hacíamos lo mismo que hacían ellos normalmente. El primer equipo argentino que le puso freno a esa patoteada fue Racing, porque no fue ni fútbol eso. Entonces cuando fuimos a jugar más liberados tanto ellos como nosotros a Santiago de Chile, le ganamos bien, como corresponde, y tuvieron un gesto muy bueno porque después vinieron varios jugadores al hotel a saludarnos. Me acuerdo del Toro Raffo, que era un tipo fuerte, duro, guapo, que lo agarraban de la patilla, Ubiña las cosas que le hacía, pero sin embargo nadie aflojó. Es una suerte haber tenido los compañeros que tuve”.

Sabido es que las viejas Copa Libertadores tenían otras características, seguramente donde las acciones aguerridas era mucho más frecuentes, por caso recordar el enfrentamiento entre Racing y Estudiantes en el ’68, en el que cuatro jugadores terminaron presos (Basile, Chabay, Aguirre Suárez y Togneri). “Ahora con la tecnología te enfoca la cámara, y es más complicado para jugar fuerte. El fútbol se jugaba en esa época fuerte en todas las canchas, nosotros no éramos nenes de pecho tampoco. Racing cometió un error, y lo digo con todo respeto, ese equipo nuestro después de haber disputado 20 partidos, y después la batalla contra el Celtic, tendría que haber descansado. Pero nos llevaron a jugar un octogonal a Chile, que jugaban el Santos, la selección de Checoslovaquia entre otros, y eso no nos permitió descansar como correspondía. Después de ahí nos fuimos a una gira por EEUU y Canadá. Yo siempre sostengo lo mismo, si al equipo nuestro lo hubiesen llevado 15 días a hacer una pretemporada a bajar un poco las cargas que teníamos, nosotros volvíamos a ganar otra vez, no sé si el campeonato(del mundo), pero contra Estudiantes no perdíamos seguro”.

Rulli se inició como jugador precisamente en el Pincha de La Plata, luego pasó por Boca para recalar finalmente en Racing, club que conquistó su corazón. “Yo me hice hincha de Racing a muerte, y el día que se fue al descenso lloré como una criatura, no podía entender como Racingse podía ir al descenso. Tantos años de ostracismo que pasó Racing. El caudal de simpatizantes, de socios, con el estadio que tiene, como podía ser…Gracias a Dios se fue revirtiendo la cosa”.

Con la Libertadores ya ganada, vinieron los enfrentamientos ante el Celtic de Escocia para definir al nuevo campeón del mundo, y al igual que contra Nacional de Montevideo, fueron tres partidos durísimos. “Nosotros nos encontramos con un equipo del que no habíamos visto ni un video. Viajó Pizzuti una semana antes a verlos. Él nos indicó lo que teníamos que hacer, pero no sabíamos como jugaban, no sabíamos ni de cual color era la camiseta. Era un equipo que jugaba bien y era duro, a pesar de eso, pudimos empatar el partido en Escocia, porque no me acuerdo si fue el Chango (Cárdenas) o el Yaya Rodríguez, erramos un gol que pudo ser el empate. Después acá en Sudamérica jugamos con todo. Nos encontramos con Sívori en el aeropuerto de Roma, se puso a conversar con Maschio que era el que más conocía, y dijo: “Ustedes con este resultado son campeones en Sudamérica, el Celtic le hace tres o cuatro goles a los demás equipos”, es distinto remontar un 1-0 a que te hagan cuatro”.

Después del triunfo 1-0 del Celtic en Escocia, Racing ganó 2-1 la revancha en Avellaneda con goles de Raffo y Cárdenas, para llegar al desempate en Montevideo. “Te voy a ser honesto, la jugué con tranquilidad, no quiero pecar de falsa modestia. No era un partido fácil, pero teníamos mucha fe en que íbamos a ganar. No fue un buen partido, fue una batalla, se jugó fuerte, ellos mismos perdieron los estribos y les expulsaron tres jugadores. Mirá la falta de conciencia que teníamos de lo que habíamos logrado, que yo en vez de quedarme en la puerta del túnel, me fui al vestuario. Mientras me cambiaba entró un periodista de El Gráfico llorando, le pregunté que le había pasado, y me dijo: “Ganaron, salieron campeones”. No tomás dimensión, sabés cuando tomás dimensión, con el paso de los años, te vas dando cuenta de que quedaste en la historia, somos el primer equipo argentino que salió campeón del mundo, otros podrán lograr tres, cuatro, los que quieras, pero el primer equipo argentino que lo logró, es Racing, y eso no se le puede quitar a ningún hincha de Racing, nadie”.

Por otra parte, el Coco se siente muy agradecido a la actual dirigencia, por el trato de la misma para con los campeones del mundo del ’67, además del siempre presente reconocimiento de los hinchas. “Hubo una etapa en el club que ni nos llamaban, ni a tomar un café con leche, para juntarnos, nada. La actual Comisión es distinta, son muy atentos, generosos, gente fantástica. No lo digo por quedar bien porque yo digo lo que pienso y lo que siento, nos tratan muy bien. La gente ni hablar, yo generalmente voy con el Bocha Maschio a ver los partidos y siempre está la amabilidad de parte de la gente, te reconocen, y eso te reconforta, el sentirte apreciado por la gente. Nosotros dimos lo mejor que pudimos, creo que hicimos felices a muchas personas y también a nosotros mismos”.

También tuvo un párrafo para el comandante del proceso deportivo, Juan José Pizzuti. “En el año ’65, al finalizar la primera rueda, antes que llegara Pizzuti, habíamos perdido en la cancha de Gimnasia y quedamos últimos en el campeonato. Cuando vino Pizzuti empezamos a ganar y empatar, para quedar quintos en el torneo. Esas 39 fechas que estuvimos invictos, fueron parte del ’65 y gran parte del ’66 que perdimos un solo partido, con River de visitante. Después estuvimos más de 20 fechas sin perder. Pizzuti tenía grandes cualidades, hablaba poco, tenía disciplina, al que llegaba tarde le aplicaba una multa, el club tenía muchos problemas pero cuando terminaban los partidos íbamos a la sede y ahí nos pagaban el premio. De ese arranque descabezado a lo que logramos, te da una tranquilidad enorme, los triunfos te hacen crecer como equipo y en todo sentido”.

Por último, se refirió a su relación personal con el Chelo Díaz, reciente incorporación de Libertad de Paraguay. “Vino a mi casa a almorzar en algunas oportunidades junto a Pillud, y en una de las veces que vino, era en las vísperas de un partido ante Independiente. Yo les dije que les iba a dar suerte, le vamos a ganar a Independiente. Ese día Pillud jugó muy bien, y Díaz hizo el gol con el que les ganamos 1-0, perdón, que ganó Racing 1-0. A partir de ahí los cargaba y les decía que tenían que venir siempre. Entablamos una amistad muy linda, hablamos por teléfono, yo lo aprecio mucho. Lamento, sin saber los motivos, que no haya seguido, a Racing le hace falta un jugador así, con todo respeto hacia los jugadores actuales, yo soy respetuoso y no me gusta opinar de los jugadores actuales. Hay que ser respetuoso y si el técnico o la directiva deciden no mantener al jugador, tendrán sus motivos, pero a mí me gustaba mucho como juega”.

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