"NO PODÉS GANAR COMO SEA"

Juan Ramón Carrasco charló en exclusiva con La Número Uno. Se refirió al Racing actual, a la final perdida contra Colón, su llegada al club en 1980, partidos anecdóticos y mucho más.

Fue un volante de muy buena pegada, con un caudal de goles muy importantes en su carrera. Debutó muy joven en Nacional de Montevideo, pasó por River donde tuvo compañeros de la talla del Beto Alonso, el Pato Fillol, Ramón Díaz entre tantos otros. Llegó a Racing en 1980, y al año siguiente en el Campeonato Metropolitano terminó segundo en la tabla de goleadores a solamente dos conquistas de Raúl de la Cruz Chaparro, y por encima de Diego Maradona o Miguel Brindisi. Ahora dirige en Uruguay, a Fénix más precisamente, pero no deja de observar el fútbol argentino, y por eso cuando se lo consultó acerca de si vio la final de la Copa de la Liga entre Racing y Colón, afirmó: “Si por supuesto, siempre soy de mirar, soy hincha y admirador del fútbol argentino, no solamente por haberlo jugado, sino por lo que siempre digo, que estando tan cerca, por qué tenemos esa diferencia con el fútbol argentino y brasileño, yo soy de la dinámica, de jugar a ganar, y no de jugar a no perder, se puede ganar de muchas maneras, pero nosotros tratamos de ganar proponiendo y no esperando el error, o el contraataque que no es lo mismo que el contragolpe. El contraataque es un sistema todos atrás, y de repente después contraatacar, el contragolpe es desde donde quitás la pelota, que esa también me gusta, presionás, recuperás y sorprender al rival. Pero para eso tenés que trabajar mucho, porque si no tenés el respaldo económico, si no tenés el respaldo histórico o el político, a veces tenés que…No digo apichonarse pero sí de repente respaldarse un poco más, a esta altura lo estoy haciendo, porque siempre fui de proponer, de jugar con ese diez, o jugar con tres puntas, o jugar con las características de jugadores que tengan la recuperación técnica y la rapidez para hilvanar jugadas y sorprender al rival. Por eso de alguna manera, y no soy liberal con lo ajeno por eso defendemos nuestra idea. Miré el partido y por supuesto que quería que gane Racing, pero no podés ganar como sea, no soy falso, eso por ahí se cuestiona, sería muy fácil para mí decirte que gane Racing con diez atrás, la verdad, si eso te asegura, no me voy a poner a llorar, se hizo lo que se pudo. Pero teniendo plantel, la historia que tenés, creo que tenés que proponer, atacar. De repente no te voy a decir un Boca, un River, que de repente tenés que respetar, podés jugarle de igual a igual, pero ya son otros nenes. Creo que se especuló demasiado con Colón, y como Colón no tiene mucho para perder, y defiendo al entrenador porque lo conocí acá en Nacional, me acuerdo que llevaba a su hija al Liceo francés donde van mis nietas y quería cruzarme con él, porque de alguna manera en nombre de (no sé si todos pero de algunos) los entrenadores de Uruguay quería disculparme, porque acá en Nacional no lo esperaron, estaba invicto en la Copa Libertadores, había perdido creo que dos o tres partidos en la liga local, pero mereciendo muchísimo. De alguna manera yo le dije, mirá conozco lo que te pasó, de atacar, tener chances claras de gol y de repente el rival te ataca un par de veces, te tocó perder y no te esperaron, no sé si por discriminación, porque sos argentino, no sé. Con Colón no es casualidad que jugando como juega, logró lo que logró y ese es el fútbol que me gusta y que cuando gana me alegro porque no pasa porque tenga más plata, o porque históricamente sea mejor, de repente con una buena idea de fútbol y teniendo los jugadores idóneos podés jugar a ganar, y ganar el campeonato como se le dio”.

Como se dijo líneas arriba, arribó a la Academia para el Torneo Nacional de 1980.“Se da porque yo me quiero ir de River, porque sabía que estando Alonso en River, porque como entrenador conmigo, juega el funcionamiento y no el nombre, porque pasa para muchos entrenadores que juega el currículum, la trayectoria y no el funcionamiento. De repente tenés un pibe, o alguien que no es tan pibe, que no tiene tanta espalda o currículum, pero la rompe, de repente están para algunos técnicos que tiene que jugar el de más nombre. A mí me pasó eso en River, que andaba impresionante, me acuerdo que entrábamos con Ramón Díaz, hacíamos ganar muchísimos partidos, éramos los goleadores de River jugando de a rato, la diferencia era que Ramón era de perfil muy bajo, el riojano tranquilito, humilde, y yo ya venía con el nombre, o la forma de ser mía. Yo era de decirle por qué no juego, soy goleador, o la gente me pedía, yo quería jugar, y pasaba que para Labruna era Alonso, jugaba aunque estaba rengo, entonces yo sabía que iba a pasar eso, no me estaba sintiendo cómodo, el no ser objetivo, yo quería jugar, había hecho todos los méritos, había pagado derecho de piso al principio, iba al banco, pero cuando demostré que podía ser titular, y no en lo teórico sino en lo práctico, les dije que si no me vendían me volvía al Uruguay, porque no me querían vender de ninguna manera. Ahí fue cuando apareció Racing, con Saccol a la cabeza, que arreglaron con River y me transfirieron”.

A la hora de recordar aquel plantel, expresó: “Era un Racing con muy buenos nombres que me tocó, me acuerdo que estaba Barbas, Calderón, jugadores de selección, trajeron a Van Tuyne, de Rosario, el Gringo Berta, Villarruel que era un nueve de Colón, el Zurdo López, Veloso, Vivalda, teníamos muy buen equipo. Por ahí no logramos plasmar esos nombres de calidad, suele suceder de no agarrar esas rachas o triunfos que te den ese envión, y no logramos lo que la gente de Racing estaba añorando que era volver a salir campeón, porque es un equipo grande, porque apuesta, en el mercado de pases está siempre firme porque así lo dice la historia. En lo personal todo lo que se pagó por mí estuvo bien defendido, porque me acuerdo que hice muchísimos goles. Me acuerdo que algunos partidos yo no jugué, porque a veces para que te pagaran tenías que ponerte a decir que no jugabas. No era que si no me pagaban a fin de mes no jugaba, eran dos, tres, cuatro, cinco veces que uno iba diciendo, te prometían y la única manera a veces era decir que no jugaba, entonces por ahí no jugaba uno o dos partidos y aparecía la plata. Hice muchísimos goles y me queda el recuerdo de haber respondido en la cancha a las expectativas que pusieron en mí”.

El 25 de marzo de 1981 (ese día Racing cumplía 78 años de vida), Racing derrotó 2-1 a Independiente como visitante, con un golazo de tiro libre de Carrasco a poco del final. “Hacía como 14 o 15 años que no se ganaba en la cancha de ellos. Me acuerdo que faltaba poco, había un tiro libre para posición de zurdo, ahí me puse con toda la expectativa y la fe, me acuerdo que los de la barrera me decían: “Dejá uruguayo pecho paloma”, no sé por qué me decían así, no debe ser nada bueno jaja. La verdad es que la colgué en el ángulo, son esos goles que te quedan para siempre, como los dos goles que hice para River en la Bombonera en el 5-2, en la mayor goleada histórica en la Bombonera de River a Boca, donde tuve la suerte de ser protagonista con dos goles y tuve influencia en los otros tres, dos de Ramón Díaz y otro del Negro Ortíz. Son esas cosas lindas que te quedan porque vos podés hacer goles haciendo dribbling, desde afuera del área, de rebote, volea, pero a mí me gustaban los goles de tiro libre porque fue una faceta en la cual siempre se me identificó, y ganarle a Independiente, el rival de toda la historia, imagínate eso, inolvidable”.

Otro partido que recordó fue el del 17 de mayo de ese mismo año, cuando Racing le ganó 4-0 a Huracán, con el agregado que JR anotó los cuatro goles. “Me acuerdo que decían que yo le había sacado un gol a Caldeiro para hacerlo yo y no fue tan así tampoco. Solamente dos veces hice cuatro goles en un partido en toda mi carrera, porque yo no era un nueve, yo jugaba de diez. Acá en Uruguay jugando en Nacional le hice cuatro a Wanderers, son dos momentos históricos porque no es fácil hacer cuatro goles y siendo diez. Eso fue muy lindo porque sos tapa en todos los periódicos, no es muy común hacer cuatro goles en un partido”, y sobre Caldeiro agregó: “Tremenda gente, el otro día me hicieron llegar un saludo de él y me dio una alegría bárbara, porque me acuerdo que él venía de las inferiores, y tenía mucha personalidad, tenía una gambeta endemoniada, él estaba dando sus primeros pasos. A mí en la Argentina me hicieron mucha mala fama, capaz yo di lugar en algo, pero no era tan así como se me pintaba. Entonces quedaba como marketing, como que yo le había sacado el gol, pero no fue así”.

Para el Nacional de 1980, Racing cayó en Arroyito ante Central por 5-1, y Carrasco fue sustituído. Al momento de retirarse, lanzó una camiseta a la tribuna, pero él mismo se encargó de aclarar lo que había sucedido. “A mí me sacó el entrenador, y siempre cuando te sacan, creo que nadie sale contento, entonces me pidieron la camiseta y se la tiré, seguí de largo. Después del partido fuimos al hotel donde nos quedábamos, y me dijeron que estaban los hinchas que querían hablar conmigo, yo les dije que no había problemas, que entren. Entraron dos o tres y me dijeron en textuales palabras que en Racing no se tira la camiseta, que una vez hubo un problema con Roque Avallay que no sé lo que había hecho, que le habían roto el auto, y que conmigo iba a pasar algo parecido, era como que me querían pelear, yo dije bueno. Eran entre 10 y 15, yo les dije que mano a mano peleo, que elijan quien era el que quería pelear y peleábamos, dale me dijeron. Vení me dijeron, no pará, tranquilo les dije, voy a terminar de comer, y después salgo. Cuando salí, por suerte no se dio porque ni yo era de hacerme el guapo, ni querer dejar en ridículo a nadie, o que me rompieran la cabeza tampoco. Pero si el tema era pelearse mano a mano, me peleo y queda saldado todo. Fue una mala interpretación, suerte que el hombre dijo no uruguayo que pin, que pum, yo lo menos que quería era pelearme, les dije que estaban confundidos, que no tiré la camiseta, que me la habían pedido como cualquiera de ellos lo podrían haber hecho. Se aclaró todo y pasó eso, esa era la anécdota, por suerte no pasó nada”.

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