"RACING FUE MI SEGUNDA CASA"

Carlos Ángel Roa, arquero de Racing en los '90, charló mano a mano con La Número Uno, y destacó la importancia de la Academia en su carrera. Además, dijo haber disfrutado mucho el hecho de eliminar a Independiente en la Supercopa del '92.

Lechuga vive por estos días en San José (California), en los EEUU junto a Silvia, quien es su mujer desde hace 30 años. "Es mi compañera de toda la vida, y mi aguante permanente de todas las cosas", aclara Carlos. Asimismo se encuentra llevando adelante la cuarentena por la pandemia del COVID-19. "Estoy bien, tranquilo, junto a mi esposa. Tengo a mi familia repartida en Argentina, más precisamente en San Vicente, donde se encuentra Ayelén con mi nieto Lorenzo, luego mi hija menor se encuentra viviendo en México, hago un poco de gimnasia, pintura, lectura, meditando también por esta situación que abarca al mundo entero, y tratando de respetar al máximo el tema del aislamiento", cuenta el ex arquero de la Selección Nacional, y titular en el Mundial de Francia de 1998.

Llegó muy joven desde la provincia de Santa Fe, con la clara ilusión de triunfar en el fútbol. "Yo vivía en Santa Fe, en Las Flores 2, y tenía un amigo que viajaba a Buenos Aires, era camionero. Él tenía a su madre viviendo cerca de la cancha de Racing, y en uno de sus viajes, le dije si me hacía el favor de conseguirme alguna prueba en algún club como arquero. A raíz de eso viajó, y cuando volvió me dijo en unos meses tenés fecha de prueba en Racing e Independiente. Dos meses después, tuve la prueba, estuve entre diez y quince días viviendo en la pensión de Racing creo, iba a entrenar toda la semana. En ese momento tuve la oportunidad de conocer a quien después fue mi técnico, Héctor Jesús Martínez".

En el día de su debut, no la tuvo nada fácil. Roa era el tercer arquero, detrás de Ubaldo Matildo Fillol, y de Julio César Balerio. Éste último no pudo formar parte del banco de suplentes en un partido frente a River por estar suspendido, y durante el encuentro el Pato fue expulsado por aquella famosa pelea con Carlos Enrique. "Fue espectacular por todo lo previo que se vivió. me acuerdo que en ese partido especial que jugamos en cancha de Racing yo estaba en el banco, el Coco y el Panadero estaban viviendo a pleno este partido, y cuando surge el tema de la expulsión del Pato te podrás imaginar, si fumaban cinco cigarrillos se fumaron quince en un minuto. Me miraban a mí y hablaban entre ellos jaja. Obviamente que a Coco le gustaban los jugadores más hechos, con experiencia. Me tocó debutar a mí, por suerte hice un gran partido, ganamos 2-1, el gol de River lo hizo Abel Balbo, y el segundo de Racing lo hizo Rubén Paz de cabeza. Fue un partido inolvidable, te imaginás que ese fue mi comienzo en Racing, en un equipo grande, con toda su historia y su trayectoria, y sobre todo con su gran hinchada, fue muy importante haber empezado así, fue una gran alegría".

Sobre lo que significaba el Pato Fillol dentro del plantel, expresó: "Como todo líder o figura de un equipo importante, se hacía notar, más allá de la fama, era un tipo normal, yo tenía charlas con él, pocas, eran charlas de compañeros de trabajo, de entrenamiento. Uno de los anécdotas que tengo con él, fue un día en el cual había llovido el día anterior, fuimos a entrenar a un lugar cerca de la cancha de Racing, creo que era un predio de Luz y Fuerza, cuando llegamos el Panadero dijo: "Vamos a entrenar en aquel arco". El arco estaba inundado, lleno de agua y barro, fuimos con Fillol y Balerio, cuando llegamos al arco, el Pato dijo: "Que empiece el pibe", yo volaba de palo a palo, una mugre tenía, barro, tragaba agua sucia, hice dos ejercicios, terminé lleno de barro, no me podía casi mover del barro que tenía adentro. Después de cagarse de risa, de hacerme tirar de palo a palo, el Pato le dijo al Panadero: "Bueno Pana, vamos al otro arco", jajaja el otro arco estaba seco, se reían Balerio, Fillol, el Panadero (DÍaz), pero yo también, estuvo muy bien la verdad. Después de eso me regaló un par de guantes, un buen gesto, teníamos buena relación, normal.

Si con el Flaco Balerio, porque después del partido contra River, yo tuve la oportunidad de entrar a Primera División a jugar y estar mucho más tiempo con el plantel y convivir con lo que es un banco de suplentes, ahí tuve una relación con Julio (Balerio) muy importante, muy buena relación".

En cuanto a como estaba desde lo institucional Racing en los '90, recordó: "Yo era joven en esos tiempos, debuté en el '88, en la Argentina en general no alcanzaba mucho el dinero, costaba mucho pagarle a los planteles, en esos tiempos hubo varios paros, a veces se entrenaba poco, o no se iba a entrenar, para tratar de llegar a un acuerdo por los premios, los sueldos. Pero más allá de esas diferencias que en ese tiempo rondaron el el fútbol argentino, que era en general no solamente en Racing, yo era joven, obviaba todo eso, lo más importante para mí era entrenar, jugar, yo pensaba en seguir para adelante, ser positivo y estar bien".

A la hora de recordar compañeros en la Academia, mencionó: "Recuerdo a Fabián Tisocco, era un nueve que estaba en la pensión, el Negro Antunez, lateral derecho, el Flaco Zaccanti, Zambrini, el Mencho Medina Bello, compartía con todos ellos la pensión, también tuve buenas relaciones con Fabbri, el Lagarto Fleita, el Pato Míguez, Allegue, Marini, tenía buenas relaciones con todos ellos, y hoy en día a través de las redes sociales seguimos en contacto", y agregó: "Obviamente que Julio César Balerio fue muy importante porque después que Fillol se fue de Racing, él fue el arquero titular que lo siguió y yo era el suplente. Con él tuve una relación de amistad muy importante, íbamos a su casa, me llevaba a todos lados, me conseguía los guantes, me llevaba a la fábrica, creo que en ese momento era Reush, o Unisport, me hacía hablar con la gente, que me dieran ropa, la verdad que recibí de parte de él muchísimos consejos buenos y sabios para mi aprendizaje y mi estadía diaria en el vestuario. Participé mucho de esos buenos momentos que estuve en Primera con él, y siempre estaré agradecido porque él fue el que me dio un empujón muy importante en el club".

Si bien en su paso por Racing Lechuga no logró salir campeón, formó parte de los planteles que estuvieron cerca de lograrlo con Roberto Perfumo en el '91, Carlos Babington en el '93, además de haber jugado la final de la Supercopa '92 frente a Cruzeiro. "Eran planteles muy profesionales, con figuras muy distinguidas, con Perfumo estuve una parte en ese proceso, donde estuvo Goycochea, yo fui suplente de él, con Babington jugaba de titular. Dos grandes técnicos, Perfumo con más edad, con muchísima experiencia, y Babington también. Tengo grandes recuerdos de ellos, quienes buscaban formar siempre buenos planteles, Es difícil saber que faltó para salir campeón".

También hubo un párrafo para recordar los duelos frente a Independiente por la Supercopa '92. "Esa serie fue histórica, la ida se jugó un día de lluvia, fue un clásico espectacular, el día del gol con la mano del Turco, ganamos la ida en Racing, y empatamos en Independiente. Me acuerdo de un tiro en el travesaño en la última jugada de Luis Islas. Se jugó como todo clásico, lo festejamos mucho, pero antes dimos lo mejor y nos brindamos al máximo. He tenido muy buenos partidos contra Independiente, y la verdad que disfruté mucho de eliminar a Independiente aquella vez".

Cuando se lo consultó acerca de como ve a Racing hoy en día, comentó: "La información que me llega es que ha cambiado muchísimo, el estadio, tiene sus lugares de entrenamiento, ha ganado campeonatos últimamente, y sigue siendo uno de los equipos más importantes de nuestro país. Tiene una gran hinchada, que permanentemente exige al equipo, y es una de las más grandes también", y añadió: "Trato de ver un poco de fútbol, a través de los canales que hay acá en EEUU, un poco de fútbol mexicano, argentino, trato de informarme de la MLS y de ir aprendiendo".

A la hora de analizar el por qué de su partida de la Academia, expresó: "Porque no cobraba casi nunca, además tenía muchas diferencias con el presidente de ese entonces, Juan De Stéfano, y porque era el momento de irme. Creo que fue acertado ese cambio, me fui a Lanús, y la verdad que mi carrera siguió su proceso, mejoró y no tengo por qué arrepentirme. Fue el despegue para irme a Europa, jugar en la Selección, además en Lanús también me fue muy bien".

"Racing significó ser mi casa, mi segunda casa estando ahí, porque empecé a vivir abajo en la pensión, teniendo la oportunidad del día a día con mis compañeros, la teníamos a Tita (Mattiussi), era como nuestra segunda madre, nos consentía en todo, estaba con nosotros siempre, nos ayudaba, nos cebaba mates, Tita siempre estará en el recuerdo de Racing. Todas las tardes íbamos a su casa, y siempre nos atendía con una sonrisa. Además Racing me dejó cosas buenas, como haber debutado ahí, haber crecido en lo futbolístico, fue un trampolín para el desarrollo de mi carrera, yo salí de Racing, un equipo grande, y eso para mí, es un orgullo y una satisfacción", concluyó Roa.

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